HUELVA

El entrenador acusado de violar a sus jugadoras: «Les daba masajes porque hice un curso en internet»

entrenador Huelva
El entrenador de Huelva acusado de agredir sexualmente a sus jugadoras
Ángel Moya

La excusa del entrenador de fútbol de Huelva acusado de agredir sexualmente a sus jugadoras menores de edad: «Les daba masajes porque hice un curso en internet». Así ha intentado justificar ante el juez los presuntos tocamientos y agresiones sexuales a sus víctimas el acusado de acosar y agredir sexualmente a 22 menores de edad. Este jueves, el presunto agresor, de 62 años, ha querido declarar por primera vez ante la juez del caso. El investigado ha negado todas las acusaciones y ha intentado justificar uno por uno todos los casos que se le han ido presentando. También ha explicado que ofreció a algunas niñas compartir la habitación con él durante los desplazamientos del equipo porque tenían problemas económicos para costearse una habitación individual.

Ha sido la primera vez que Francisco se prestaba a declarar ante la juez desde su detención e ingreso en prisión el pasado mes de enero. Entre tanto, el listado de presuntas víctimas no ha hecho más que crecer hasta alcanzar la cifra de 22 menores presuntamente agredidas por el acusado. Los informes forenses que se van incorporando al caso ven creíbles los testimonios de las niñas, algunas de 13 y 14 años. Los policías temen que el investigado lleve practicado el acoso, los tocamientos y las agresiones sexuales desde el año 2017.

En el atestado del caso, los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) sostienen que, tras explorar a las víctimas, el presunto agresor contaba con un patrón claro de actuación.

Primero captaba a las menores y cuando jugaban en su equipo las presionaba para que le aceptaran en las redes sociales o en aplicaciones de mensajería instantánea. Ahí comenzaba supuestamente a acosarlas con mensajes, además de irrumpir en las duchas y vestuarios cuando las menores estaban desnudas. En los entrenamientos eran habituales los tocamientos generalizados, pellizcos y azotes en las nalgas por parte del entrenador, cuentan las víctimas. También, ofrecimientos de depilación de pubis que, según algunas de las testigos, llegó a ejecutar con menores.

Más adelante, relatan las víctimas, el acusado las obligaba a ir a su despacho en la universidad para probarse ropa interior deportiva y una vez allí  presionaba a las niñas, algunas de 13 y 14 años, para que se cambiaran de ropa delante de él.

Finalmente, las víctimas cuentan que el acusado las citaba en su despacho para recibir masajes en los abductores que supuestamente terminaban con tocamientos y agresiones sexuales. Si se negaban las chantajeaba con apartarlas del equipo. En esas sesiones íntimas las víctimas quedaban bloqueadas y en estado de shock, incluso llorando, hasta el punto de que el agresor llegó a pedirles perdón posteriormente.

La juez del caso advierte a lo largo de la investigación que el entrenador de Huelva supuestamente se valía de su posición de superioridad y amistad con las familias de las víctimas para cometer los hechos y  presionar a las menores para que no denunciaran. Por ese motivo, la letrada de las víctimas, Patricia Catalina, solicitó en su día el ingreso en prisión provisional del entrenador para evitar que coaccionara a las menores.

Durante la declaración ante la juez se han podido escuchar hasta seis grabaciones de las llamadas del entrenador a las menores ofreciéndose para hacerles masajes, a pesar de las continuas negativas de las jóvenes. Durante la prueba, la juez le ha espetado al acusado «¿Usted no se da cuenta de lo insistente que es?», a lo que el entrenador de Huelva ha respondido que lo hacía por el bien de las jugadoras. Tras casi tres horas de declaración, el investigado ha vuelto a la prisión, donde sigue a la espera de juicio.

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